¿Qué queda?
Varios siglos permaneció
Constanza sin la presencia humana, como si la divinidad la reservara para un
fin superior, este valle encantado solo fue utilizado como caballeriza, para el
cambio de monturas en el paso hacia y desde el sur y norte; adquirió notable
importancia en la Guerra
de Independencia con Haití y volvió a ser un punto estratégico durante la
guerra de La Restauración.
Durante las décadas del 1920 al 1960 fue objeto de una gran explotación maderera,
destacándose en junio del 1959 y febrero del 1973, por las invasiones conocidas
como De los Barbudos y Caracoles.
Este valle in-tramontano enclavado en el centro de la isla sobre la Cordillera Central
donde durante el invierno el agua parecía extraerse de un refrigerador y los ríos
fluían como cánticos de alabanzas bautizando con sus cristalinas aguas las
planicies fértiles arropadas por manto puro y blanco de la neblina, que
extasiaba a sus visitantes como deteniendo el tiempo entre el iris observador y
el verdor de un paisaje único y de reconfortable sin igual belleza.
Hemos visto grandes
hombres de nuestra historia extasiarse y navegar en el encanto que Constanza despertó en
ellos y externar expresiones poéticas de exageradas significaciones.
Hemos Observado El
Salto de Aguas Blancas imponente lloviznar cristalinas gotas de rocío hacia su
derredor mojándonos el rostro con una caricia de pureza.
Hemos disfrutado de un
chapuzón de inexplicable placer en Río Grande y hasta recitado versos de Neruda
a la mujer amada, mientras esperamos el guiso a 10 metros de la orilla
cristalina y fría de su lecho.
Hemos dejado zarpar en
la mirada gota a gota sobre la planicie del valle cada hilo de aliento del Río
Constanza que al confluir con el Río Pantuflas le alegró la existencia sin medidas a tantas
generaciones. Atravesando la
Piscina hasta dejarlos agotados en El Salto subiendo los
escalones de piedras.
Hemos recorrido el Río
Pantuflas recogiendo pomos, siguiendo Caballitos y Siguas y tropezar con cuyayas anidadas en sus pomares. Hemos puesto la
imaginación a volar en una chichigua hecha con pendones del Pantuflas y Pinar
Bonito que nos brinda su vida a través de media pulgada de agua una hora al día en cada casa nos higieniza sin reclamos.
Este terruño hecho por
las manos de Dios, tan cerca de él, donde se respira paz y tranquilidad, se nos
entregó su administración y en tan pocos años, ya no existe un pez que pescar
en el puente de El Cercado o el de La Secadora , ya no hay que remangarse los pantalones
para cruzar el Río Grande y ni tu hijo ni mis hijas disfrutaran un fresco baño
en Pinar Bonito o Arroyo Hondo, no serán acariciadas y acariciados por la
llovizna cristalina y gélida de Aguas Blancas.
Hoy nuestras
generaciones incapaces de preservar la grandeza de la naturaleza que nos fuera
dada, legamos a nuestras hijas e hijos
un medio ambiente degradado en proceso extinción y lo que Dios nos regaló como
una bendición se lo entregamos a la nueva generación como una maldición.
¿Es posible Revertir
esta Realidad?
¿Hay tiempo para hacer
algo que recupere nuestro ambiente?
¿Qué estás dispuesto o
dispuesta a hacer tú y Yo para mirar el
rostro reflejado en Aguas Blancas y recibir 24 horas de agua en el hogar?
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